Cambiar de puesto, de empresa o de sector puede ser tan motivador como frustrante. Muchas veces este proceso se convierte en un viaje en el que es fácil perder la orientación y la energía.
Así, puede terminar pareciéndose a una travesía por el famoso Triángulo de las Bermudas, un escenario misterioso y repleto de corrientes y oleajes en el que numerosos aviones y embarcaciones perdían su rumbo.
¿Cómo hacer del cambio profesional una transición enfocada y exitosa?
Te propongo un triángulo alternativo.
El cambio
Son muchas las circunstancias que pueden motivar un cambio profesional. Entre las razones más frecuentes que llegan a consulta
están:
- La necesidad de conciliar vida personal y profesional a través de horarios más flexibles o reducidos.
- Una relación negativa con el responsable directo u otro miembro clave del equipo.
- Sentirse poco valorad@ y tener pocas o nulas posibilidades de aprendizaje y desarrollo.
- El deseo de la mayor calidad de vida que aportan las opciones híbridas o de teletrabajo.
- Obtener un aumento de salario.
- Abandonar un entorno con valores y maneras de hacer poco acordes a los propios.
- Trascender el estancamiento profesional, asumiendo nuevas tareas o desafíos que proporcionen mayor satisfacción y autorrealización.
En ocasiones se entremezclan incluso varios de estos factores.
Sea cual sea la motivación inicial, el proceso de cambio
profesional comporta a menudo grandes dosis de dificultad e incertidumbre.
En muchos casos existe una situación de desgaste y malestar
que a veces se ha alargado durante meses o años. Esto provoca una merma en la
energía y la actitud positiva necesaria para llevar a cabo el cambio. Y es que
la búsqueda de empleo es un proceso que no sólo pone a prueba las competencias
profesionales, sino también la capacidad de planificar de forma estratégica y
la gestión emocional.
Más allá de un análisis exhaustivo de la situación actual y
del estado deseado, son 3 los aspectos clave para articular de forma efectiva y
sostenible un cambio profesional.
Estrategia
No son pocas las ocasiones en las que me encuentro con
profesionales en transición que saben "lo que no quieren", pero que encuentran
difícil orientar su futuro e identificar el próximo paso.
La brújula del proceso se establece al concretar el objetivo
profesional: ¿cuál es el puesto de trabajo hacia el que te orientas? ¿en qué
entorno se ubica?
Por supuesto, para responder estas preguntas es necesario
conocer en profundidad tanto tus fortalezas como el mercado al que te diriges y
sus requerimientos. Una vez establecido el objetivo, la estrategia servirá para
identificar las vías y métodos más adecuados para alcanzarlo. Además, una buena
estrategia deberá incluir aspectos prácticos de planificación sostenible.
Buscar trabajo mientras trabajas puede ser una experiencia extenuante y muy
exigente. Por ello, conviene prever tiempos y tareas de forma realista. ¡La
gestión del tiempo y de la motivación serán tan estratégicos como un buen
objetivo!
Herramientas
Cuando la estrategia está definida es mucho más fácil abordar el apartado táctico de las herramientas.
Las herramientas son todos los
recursos prácticos y tangibles que necesitas para dar a conocer tu perfil. Las más comunes
y útiles son el CV, la carta de presentación, el perfil de LinkedIn o en otras
redes sociales, un video CV o vídeo de presentación, un portfolio de proyectos,
mensajes para la comunicación en el mercado oculto y en el networking, una
carta de autocandidatura o el elevator pitch.
Por supuesto, cada profesional elegirá sus herramientas
prioritarias dependiendo de su objetivo profesional. Específicamente el CV será
una herramienta clave en la gran mayoría de casos.
Habilidades
Tus habilidades son el elemento intangible que impregna todo
el proceso, aportando un valor diferencial tanto a tu experiencia como al éxito final.
La estrategia y las herramientas sostienen la visión y el componente pragmático del cambio. Sin embargo, en última instancia, lo que te va a permitir convencer en
una entrevista de trabajo o identificar si una empresa es tu próxima estación
profesional son tus habilidades.
Las habilidades necesarias en un proceso de cambio
profesional son, como decíamos anteriormente, muy variadas. Además de la
capacidad de análisis tan útil en las primeras fases del proceso, también
necesitarás:
- Visión estratégica
- Autoconocimiento
- Proactividad
- Habilidades de comunicación (oral, escrita ¡e incluso audiovisual!)
- Orientación a objetivos
- Planificación
Y por supuesto... ¡Inteligencia Emocional! Que te permita
mantener la motivación y cuidarte en el camino, gestionando los desafíos
añadidos en la búsqueda de oportunidades.
Específicamente, es recomendable prestar una especial atención a las
habilidades de entrevista y vídeo-entrevista. Actualizarlas y entrenarlas es crucial a la hora de afrontar la fase final del proceso de selección.
Si necesitas asesoramiento en algún aspecto del "triángulo del cambio", no lo dudes, ¡contacta conmigo y lo hablamos!
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