Durante décadas, el
mentoring se ha utilizado como herramienta de crecimiento en entornos educativos,
sociales y empresariales, entre otros. De hecho, son numerosos los profesionales
de éxito que reconocen la contribución que sus mentores hicieron a su carrera
profesional: el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg o el archipremiado
compositor y productor Quincy Jones, contaron con la guía de grandes conocedores
de su sector: Steve Jobs y Ray Charles, respectivamente.
¿Qué es el Mentoring?
Un poco de historia…
El mentoring toma su nombre de uno de los
personajes de la “Odisea” de Homero, Méntor. Ulises le encomienda a su
hijo Telémaco cuando él ha de partir a la guerra de Troya.
Méntor se hará cargo de Telémaco, siendo
para él no sólo un maestro, sino un consejero sabio y experimentado que habrá
de guiarle en su educación y crecimiento para convertirse en el futuro rey de
Itaca. Así, no sólo deberá transmitirle conocimientos, sino ser para él un
referente de sabiduría, madurez y talento.
Este ejemplo refleja la esencia misma del mentoring, proceso en el que una persona experimentada y con altos conocimientos, acompaña, enseña y orienta a otra en su desarrollo.
En este sentido, es
importante destacar el papel fundamental que juega la propia relación: si bien
el mentoring tiene como objetivo la transferencia de patrones de éxito y, por
ende, el desarrollo del mentee, estas metas no podrán lograrse sin el establecimiento
de una relación adecuada. Es decir, una relación positiva, cercana y basada en
la confianza. De hecho, gran número de autores pertenecientes tanto a la
escuela americana como a la europea, coinciden en describir el mentoring como
una relación de ayuda.
Por tanto, ser mentor
es ante todo un acto de generosidad que comporta dedicación al crecimiento del otro.
El mentor pone al servicio de su mentee su bagaje, habitualmente acompañado de
escucha, empatía y aceptación.
Beneficios y Retorno
Es así como el
mentoring proporciona un marco privilegiado de aprendizaje y guía para el
mentee, que encuentra un espacio individualizado y confidencial en el que
compartir sus dudas, inquietudes e intereses.
Como resultado, y
siempre que ambas partes mantengan un alto grado de compromiso y apertura, el
mentee puede desarrollar sus habilidades y tomar mejores decisiones gracias al
acompañamiento recibido. Pero no sólo él gana en el proceso: habitualmente los
mentores manifiestan haber aprendido a su vez mucho de sus mentees y valoran
muy positivamente la experiencia de ser mentor. Sin duda, se trata para ellos
de una oportunidad de compartir su legado, explorar fuera de su zona de confort y vivir la satisfacción de ver crecer a otro.
Círculo Virtuoso
Se establece así un círculo
virtuoso de aprendizaje e intercambio, en el que ambas partes refuerzan su propio desarrollo a través de la relación.
Ejemplo de ello son
los testimonios que Ken Robinson recoje en su libro: "El Elemento", o este vídeo de una entrevista a Simon
Sinek.
A la vista de lo expuesto, no es de extrañar que el número de organizaciones que ponen en marcha iniciativas de mentoring siga creciendo, optimizando así su talento y generando entornos innovadores de aprendizaje.
Paralelamente, muchos profesionales encuentran mentores de forma independiente para mejorar en su carrera profesional o emprender un proyecto propio...
"Cuanto mayores sean nuestras aspiraciones, más necesitaremos viajar acompañados"
Aquí comparto un vídeo que resume el impacto del Mentoring sobre el liderazgo y la diversidad generacional en la empresa:
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