Hoy recupero un cuento que un día me contaron y me acompaña desde entonces.
Porque los adultos también podemos disfrutar de la hora del cuento y regalarnos uno de vez en cuando...
"Al principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al ser humano. Lo hicieron a su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:
-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, algo importante.
Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:
- Ya sé, vamos a quitarles la felicidad.
- Pero, ¿dónde vamos a esconderla? - Respondió otro.
- Podemos esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo, allí nunca llegarán.
- No creo que sea una buena idea, con su fuerza acabarán por subir la montaña y encontrarla.
- Entonces... podemos esconderla en el fondo del océano.
- No, recuerda que tendrán una gran inteligencia y tarde o temprano construirán una máquina que pueda descender a las profundidades del océano.
- ¿Por qué no la escondemos lejos de ellos, en el universo, en otro planeta que no sea la Tierra?
- Tampoco creo que sea buena idea, porque llegará un día que desarrollarán una tecnología que les permita viajar a otros planetas. Entonces conseguirán la felicidad y serán iguales a nosotros.
Uno de los dioses, que había permanecido en silencio todo el tiempo y había escuchado con interés las ideas propuestas por los demás dijo:
- Creo saber el lugar perfecto para esconder la felicidad, donde nunca podrán encontrarla.
Todos le miraron asombrados y le preguntaron:
- ¿Dónde?
- La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca mirarán dentro.
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces el ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin darse cuenta de que la lleva consigo."
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