En mi
último post hablé de mis lecturas recomendadas en 2016 y hoy quiero dedicar
unas líneas a “La digestión es la cuestión” (Urano, 2015).
En este
libro la científica Giulia Enders
describe la morfología y funcionamiento del aparato digestivo, centrando gran
parte de su atención en el intestino.
Para la
autora, el intestino es un órgano “olvidado” por la investigación científica
que ella encuentra fascinante. Y realmente, al leer este libro es fácil
contagiarse de su fascinación. El intestino no sólo digiere lo que ingerimos,
sino que además cuenta con neuronas que transmiten importante información al
CEO del cuerpo: el cerebro.
Aunque la
traducción castellana no es de lo más certera, a través de sus descripciones es
sencillo entender cómo se relacionan los nervios ante un examen con el malestar
gástrico. Fenómenos que la sabiduría popular recoge en refranes y expresiones
tan explícitos que, mejor, no reproduciré aquí : )
El libro
explica también los mecanismos que intervienen en el desarrollo de las alergias
“modernas” a elementos como el gluten o la lactosa, aportando luz sobre la
influencia de la nutrición sobre la salud y el bienestar.
Sin
embargo, uno de los aspectos que más me ha gustado es su reivindicación de
experimentar la conexión con nuestro propio cuerpo, incluso en asuntos poco
decorosos como los relacionados con el proceso de ingestión, digestión y
desecho. Enders nos invita a tomar conciencia de estos procesos y a mantener
una actitud curiosa y “de equipo” con nuestro intestino, lo cual no suele ser
habitual en la literatura asociada a temas tan orgánicos y anatómicos.
Además,
contiene ilustraciones muy ocurrentes y originales que amenizan la lectura y contribuyen
a una visión empática para con uno mismo.
¡Para conocernos desde la mente y desde
el cuerpo!
Para los que os animéis, ¡feliz lectura!
“No se puede amar lo que no se conoce” San Agustín
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